A los dos nos gusta que el otro nos diga cuánto nos quiere, pero ninguno de los dos obtuvo nunca lo que quiso. Nunca fue bastante, no nos alcanzó. Tal vez a vos sí te alcanzó, porque no necesitaste nunca verme. Pero no fue suficiente para mí, que te quise con el alma y no podía verte jamás.
Tampoco tuviste en cuenta que además de escuchar -te quieros- hay que demostrarlos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario